Presentación Candidaturas Elecciones 2023

 Solo se ha recibido una lista de candidaturas la cual esta compuesta de lo siguientes integrantes:


Presidenta: Juan José Aguilar Gallardo

Vicepresidente: José Miguel Dorado Cerro

Secretario: María Dolores Aranda Santiago

Tesorero: Francisco Castro Galván 

Vocales:

Rocío Botella Carrión 

María José Jiménez Fuentes

Procedimiento electoral 2023

Como se acuerda en la reunión de la junta directiva del 25 de junio, tras la dimisión de la presidenta y junta Directiva de Jóvenes Cazadores Andaluces para proceder a la elección de nuevo Presidente de JOCAN. Las fechas del calendario electoral son las siguientes:


 26/06/2023 Convocatoria de elecciones


27/06/2023 al 30/06/2023 plazo para los socios se aseguren que están en el censo (pueden preguntar al whastapp de JOCAN)


01/07/2023 al 02/07/2023 reclamación al censo


03/07/2023 resolución de reclamaciones


04/07/2023 presentación de candidaturas


06/07/2023 exposición candidaturas en esta misma página web.


07/07/2023 impugnación de candidaturas


08/07/2023 en el caso de una candidatura será la proclamación, si hay más de una será la asamblea general extraordinaria para la votación a las 12:00h en la sede de jocan (Archidona)


09/07/2023 impugnación a las votaciones


11/07/2023 proclamación de la junta directiva

CAZA, VIDA Y CONSERVACIÓN

Este día 23, Anabel Ruiz quiere aprovechar su escrito para enviar un mensaje de concienciación, tanto a mayores, que son los que conciencian, como a pequeños, que son los concienciados. Esta fecha no es una fecha cualquiera, coincide con la finalización de nuestro primer año como directiva. Un año duro para realizar jornadas presenciales desde JOCAN que esperemos recuperar esta segunda temporada que está por entrar. ¡Disfruten!

CARTA A LOS JÓVENES CAZADORES

Julio es la antesala a una nueva temporada de caza, coincidiendo también con nuestro primer aniversario como directiva de JOCAN. Durante este año nos hemos dedicado a divulgar la caza como herramienta de conservación, inculcando los valores y la afición por esta pasión a los más pequeños siempre desde la ética y el respeto al animal abatido.

La importancia que tiene transmitir a los más pequeños y jóvenes una correcta educación medioambiental, basada en el amor y respeto a la naturaleza, es nuestra razón de ser.

Inculcamos que hay una cascada de opciones para disfrutar del campo: coger setas o espárragos, una ruta de senderismo, observar animales... Que salgan de las ciudades y descubran todo los que nos regala nuestro campo.

Es una forma de hacer que jóvenes y niños, aprendan a querer y respetar el medio ambiente y disfruten, disfruten mucho de él.

Dentro de ese amor por el medio ambiente y la conservación, por supuesto, está la caza, con todo lo que esta maravillosa forma de vida, conlleva: aprender a escuchar el campo, conocer cada hábitat, cada especie, de lo que se alimentan, sus ciclos, la flora y un extenso etcétera.

No podemos dejar de enseñar todos estos valores a nuestros relevos; nada puede robarnos poder disfrutar de esos ojos y, mucho menos, podemos renunciar a compartir nuestra forma de vida con nuestros seres queridos.

Por eso, desde aquí, me gustaría que cada uno de nosotros luchemos para que nuestros niños puedan disfrutar de esta pasión el día de mañana.

Pero la única forma de poder darles este regalo es cuidando y conservando nuestros campos, y sobre todo aprender del mimo y cariño con el que estos pequeños cuidan nuestro entorno en cada salida a la naturaleza.

Por eso desde JOCAN apostamos por el relevo generacional, desde nuestra asociación seguiremos luchando por nuestros derechos como cazadores, divulgando la esencia de la caza y haciendo ver que es un bien necesario.

Recordar que en nuestras manos está la supervivencia de esta nuestra afición, hagamos buenas prácticas y disfrutemos del campo y la naturaleza.



AL PIE DE SIERRA MORENA

Precioso y entretenido relato el que nos trae Álvaro Martín Cordobés para este nuevo día 23. Nos cuenta un emocionante rececho de hembra de macho montés, en el que expresa todos los contratiempos y pasión que vivió en aquella cacería.

¡DISFRUTEN!

DÍAS DE RECECHO

    No soy yo muy asiduo a esta modalidad, y no porque no me parezca de las más bonitas que se puedan practicar. 

    La idea comenzó cuando mis amigos de Spanish Hunting Experience, joven orgánica dedicada especialmente a recechos, me propusieron hacer un rececho de hembra de cabra montés. Quizás no sea el trofeo más ansiado por el común de los cazadores, pero estaba seguro de que la aventura sería cuanto menos divertida, a la par que recordable. 

    Cuando fijamos la fecha del viaje, le consulté a mi buen amigo Antonio Galiano (Producciones Galiano)si se animaba a filmar esta jornada. Aunque le cueste reconocerlo, le encanta venirse conmigo a cualquier enrreo que vaya surgiendo.

    El cazadero se encontraba en los confines del universo, en un triángulo entre Almería, Murcia y Granada, por lo que le viaje se antojaba tedioso, amenizado con recuerdos eminentemente cinegéticos. 

    Antonio y yo dudábamos entre hacer noche en el pueblo más cercano a la finca o, por el contrario, dormir en el cortijo de José Luís, Lulu para los amigos, guía de la cacería, y partir a horas inhumanas para llegar con las primeras luces del alba al lugar donde se desarrollaría la jornada. La propuesta de una previa, con una copita y una buena lumbre, hizo que finalmente nos decidiéramos por ‘dormir’ en el cortijo de nuestro profesional hunter. 

    Tras largas horas de viaje llegamos a nuestro destino, un precioso lugar compuesto de una extensa siembra rodeada por unas espectaculares sierras, compuestas de esparteras, encinas, pinos y piedras, muuuchas piedras, y si no que se lo digan al amigo Galiano, cuyos reflejos me dejaron de lo más sorprendido, será por el costo de la cámara que llevaba consigo…

    Comenzamos con la subida, fuimos por la cañá entre las dos laderas para intentar ser lo menos vistos posible. Tras un rato de caminata localizamos las primeras hembras, pero nos habían visto, siendo imposible acercarnos para poder intentar el lance. Mea culpa el no haberme llevado el trípode….

    No tuvimos suerte a la hora de divisar a las féminas, no se encontraban muy receptivas. Distinta suerte corrimos con los machos, vimos gran variedad de ellos. 

    El momento de la jornada, sin duda, fue mientras estábamos en un puntal, intentando localizar con los prismáticos algún objetivo, cuando un ruido nos puso en 2 alerta; eran 4 cochinos, concretamente una cochina inmensa, de esas que cuando las tiras enmontadas crees que has abatido el cochino de tus sueños, junto con 4 marranos bien hermosos, de unos 2-3 años, yendo en último lugar un machete al que le sobresalían un par de dedos de navajas. ¡Qué espectáculo!, pudimos disfrutar de ellos sin que nos vieran. 

    Sobre las una y media del mediodía, decidimos volver hacia el lugar donde habíamos dejado el coche para dar buena cuenta de la carne que nos había traído José Luís, que con un camping gas se las apañó para deleitarnos con un suculento almuerzo. 

    Tocaba la intentona de la tarde. Dicen que con el estómago lleno se ven las cosas de otra manera, pero, en este caso, no se yo si eso nos ayudaría a afrontar la cuesta que teníamos por delante. El tiempo se estaba afeando, un frío que calaba añadido a una ventolera constante hizo que, tras estar un buen rato encima de un puntal observando si había algún tipo de movimiento, sin éxito, cogiéramos nuestros pasos hacia el coche y volviéramos hasta nuestras casas. 

    Dice Galiano que soy gafe, y no le quito razón, aunque me gusta pensar que esto de la caza va por rachas, cierto es que a unos le duran más que a otros. 

    Un mes después de nuestro primer intento tras las cabras del inframundo, quedamos en volver a terminar el reportaje con el lance, a pesar de haber sido muy completo, con multitud de elipsis dramáticas, graciosas por supuesto, que no serán emitidas por el bien de nuestra reputación. 

    Esta vez, Don Antonio y el que suscribe decidimos hacer noche, por la experiencia de la paliza del viaje anterior, en un pueblo cercano al cazadero donde esperaríamos a nuestros amigos y acompañantes de esta jornada, José Luis y Miguel (Spanish Hunting Experience). Hay que reseñar que en esta ocasión si me acordé de echar el trípode, por la salud mental del cámara…

    Miguel sería nuestro guía, mientras Jose Luís acompañaría a otros clientes que cazarían en el mismo coto que nosotros. 

    Hay pocas personas con más suerte que Miguel, al menos en la venatoria, por lo que estaba seguro de que el rececho se iba a encumbrar con un buen lance, salvo que mi gafe fuera capaz de contrarrestar su flor. 

    Al poco de iniciar la ‘subidita’ ubicamos una piara de hembras, pero previamente ellas nos habían localizado a nosotros. Hicimos una pequeña espera intentando que bajaran un poco para ponerse a distancia de tiro, pero fue imposible. Es una zona 3 complicada de recechar, al ir en constante subida y haber abundante gravilla, que genera un ruido revelador para los animales. 

    Seguimos con nuestro camino en busca de alguna Capra pyrenaica. Llegamos a una pequeña meseta, con gran densidad de carrascas, donde teníamos la intuición de que podíamos encontrar nuestro objetivo. Nos asomamos a unas piedras de balcón donde poder sacarle partido a los prismáticos. De repente, mi buen amigo Miguel localizó a un pequeño grupo, una hembra y dos jóvenes machos, que se estaban a unos 120 metros. 

    ¡La cabra!, boceó. Y la cabra que mantenía su mirada puesta en nosotros. Un macho estaba detrás de la hembra, con el riesgo que ello pudiera conllevar a la hora de efectuar el lance, por lo que intente asegurar el tiro para no abatir los dos animales de un disparo. 

    ¡Seca!. La tensión se disuadió, las pulsaciones durante el lance se dispararon, sobre todo por el efecto que ello podía haber tenido en mi cartera…

    Por fin habíamos logrado abatir la cabra, y sin trípode, que en el momento del disparo lo tenía Miguel preparado para arrearme con él si fallaba. 

    Como he dicho, quizás no sea el trofeo más espectacular, pero el recuerdo de dos grandes jornadas de caza entre risas y amigos es lo que perdura, más si cabe aún cuando queda filmado por Producciones Galiano. 

    PD: Podréis ver el video en Iberalia. 


Álvaro Martín Cordobés.

EN BUSCA DE UN NUEVO CAMINO

¡Un nuevo día 23 y un nuevo texto para vosotros, cazadores! José Mari Fernández esta vez ha querido aprovechar la ocasión de un nuevo inicio de la campaña #miperroesdecaza , realizada por la Federación Andaluza de Caza, Jara y Sedal y Mutuasport, para mostrarnos una bonita carta dedicada a su perro, además, os anima a todos a participar en este bonito proyecto de difusión de la verdadera caza. 

¡Esperamos que disfrutéis de esta breve lectura!

Carta a Tango José.

El 4 fue mi cumpleaños, el 12 del mismo, el tuyo, y que mejor celebración que donde más nos gusta a los dos, en el campo.

Nos hacemos viejo amigo, yo 28, tú 10. Ya te veo numerosas canas donde antes tenía un pelo chocolate oscuro. Eso sí, esas orejas pelirrojas nunca cambian. La expresión de la cara te ha cambiado, te veo curtido, con una mirada que ya cuenta muchas historias de caza. Tú, aunque no me lo digas, sé que también me ves más gordo, con más pelo, más barba, más feo y seguramente con otra mirada distinta con la que nos miramos por primera vez.


Bien sabe Dios que ayer mientras paseábamos noté ese paso del tiempo, unos sentimientos contradictorios. Por un lado, vi que te hacías mayor, pero, por otro, vi como seguías con esa fuerza, con esas ganas de seguir cazando y con ese alma que te hace ser el perro que eres.

Te has vuelto serio con los años, pero cuando sales al campo sabes tú cometido, aunque sin duda, aprovechas cualquier segundo para sacar tu lado de cachorro cuando sabes que estamos de guasa, ese acachorramiento que sé que nunca perderás.


De ayer solo pude sacar una conclusión entre tanto pensamiento, nostalgia de cacerías pasadas y tantos momentos compartidos contigo, amigo mío, y es que ojalá aun nos queden muchos momentos por vivir juntos.




COLABORACIÓN ESPECIAL

Buenas tardes cazadores. Llegó la primavera por fin, y no lo hace de cualquier manera, lo hace de la mano de José Antonio Arrabal, miembro de AEPES (Asociación Española del Perro de Sangre) y miembro muy conocido también en nuestra asociación Jóvenes Cazadores Andaluces. Como no podía ser menos, viene a hablarnos de su gran pasión, el rastro con perro de sangre.

Acomódense, y prepárense para disfrutar de unos minutos de grata lectura.

Temporadas de comienzos, el rastro con perro de sangre.

Puede qué tras la última temporada tan inusual por motivos de la COVID y unido al aumento de la caza mayor, seamos muchos los que planeamos una futura temporada de manera diferente, donde el groso número de nuestras salidas cinegéticas signifiquen un cambio de modalidad. 

Cambio que debemos considerar, pues no solo se trata de poseer una licencia de caza y un arma del calibre adecuado, sino que, al igual que no imaginamos una salida tras las perdices sin nuestro fiel compañero, en la caza mayor no debería de dejar de tener también una gran importancia la figura del perro de rastro.

Cierto es que, cuando un animal de mayor tamaño, como un ciervo o jabalí caen a plomo, el cobro es (o debe ser) más fácil que cuando abatimos una perdiz atravesando el cielo por terrenos duros y apretados. Esto no siempre es así y nos puede tocar pistear, con mejores o peores rastros. Es aquí dónde la ayuda de nuestro perro nos puede facilitar el cobro del animal para poder aprovecharlo como es debido, antes de que comience a descomponerse.

Fotografía tomada durante un entrenamiento sobre un rastro de sangre.

Es en esta acción de caza donde perro y cazador deben actuar como uno (llamándose a este binomio perro-guía), donde el cazador ha de estar conectado con el can de tal manera que sea capaz de mantenerlo en el rastro, detectando cualquier comportamiento en el perro y haciéndole volver al rastro en el caso que este llegase a perderlo. 

No es necesario comentar que la única manera de llegar a este nivel con nuestro compañero es a base de tiempo, trabajo y entrenamiento, comenzando por la elección de nuestro compañero hasta el punto en el que este llegue a adquirir la capacidad de identificar un rastro concreto, que parta de nuestra zona de impacto o “Anschuss”, hasta la ubicación de nuestra presa abatida o herida, aun cuando se entrecrucen rastros de otros animales.

Si hablamos de razas de perros para el rastro, debemos destacar que las más empleadas en España son el Sabueso de Montaña de Baviera y el Teckel, pero, de igual manera, existen otras muchas razas que ofrecen excelentes resultados en esta acción, como son el Jack Russell, Jagd Terrier o incluso Braco Alemán, siendo este último un gran conocido por muchos para las salidas de caza menor.

En resumen, cualquier perro que reúna las siguientes características nombradas podría convertirse en un gran compañero para estas jornadas de caza mayor:

Deseo de rastrear, instinto de búsqueda de la pieza.

Buena nariz, para seguir el rastro después de muchas horas.

Tesón, voluntad inquebrantable para perseverar en la búsqueda.

Coraje, para superar los obstáculos y enfrentarse a la pieza herida.

Resistencia física y psíquica, para aguantar rastreos duros y largos.

Espíritu de equipo.

Capacidad para establecer un vínculo con su conductor.

Si a ellas sumamos el ingrediente clave para todo como son la paciencia, la constancia y trabajo, podremos conseguir resultados muy satisfactorios de nuestro nuevo fiel compañero.

Binomio formado por un servidor y Dama de los Montes de Málaga.

Jose Antonio Arrabal Palomo.

“Porque el sonido de la detonación es un pequeño paréntesis dentro de un lance aun por terminar”.


COLABORACIÓN ESPECIAL

El texto mensual hoy viene escrito por un colaborador de JOCAN que siempre está ahí para echar una mano de forma desinteresada cuando se le necesita. 
Ha aprovechado la situación para realizar un balance general según su punto de vista de esta peculiar temporada de caza. El es Dani Gómez de Playmocaza y presenta "Se nos fue".
¡Disfruten cazadores! 

SE NOS FUE

Se nos fue. Una temporada más se fue.  Ésta pasó como un relámpago y nos vuelve a dejar con la misma sensación de desasosiego y de encontrarnos frente una escalera de lo menos 250 peldaños y con menos ganas de subirla que un cochino de cruzar un cortadero con el aire en su jeta.

No tenemos remedio, da igual cuanto cacemos, cuantos días salgamos que el cuerpo siempre nos sigue pidiendo marcha, ladras, escopeta… campo. Todos los años es la misma desazón cuando acaba el calendario y la veda llega a nuestros campos. Este año con todo lo vivido no podía serlo menos, obvio. Menuda temporada dejamos atrás. Temporada que con sus momentos buenos, como todas, ha venido llenita de disgustos. 

Que una temporada de caza viniese marcada por conceptos tales como, cierres perimetrales, soluciones hidroalcohólicas, mascarillas, distanciamiento social, o incluso en ciertos lugares Filomenas de nieves… pondrían caras ojipláticas al más pintado de los cazadores del año anterior, por no menospreciar la eliminación de juntas, abrazos y migas, que simplemente les harían pensar que todo esto es ciencia ficción o peor aún un absurdo. Qué despropósito de “tó”. Lo peor por mal que suene todo lo anterior, no tiene nombre, y sigue poniendo un nudo en el estómago, las ausencias son así de crueles, a fin de cuentas, cuanto no cambiaríamos porque algunos de los nuestros no hubieran podido sufrir estas calamidades... ¡QUÉ MALNACIDA DESGRACIA!  


¿El futuro? INCIERTO. Que nadie se equivoque, la pesadilla no ha terminado por el momento y nadie nos puede prometer una temporada como las que se fueron. Queda un mundo para que llegue octubre, o así nos sentimos en estos días donde todo se ve tan largo…. Mientras tanto el campo tiene meses por delante de paz. Nosotros seguiremos en casa luchando con estos tiempos tan complejos, con ratos donde pensar en lo que pudo ser y no fue.  En dárnoslas de entusiastas y pensar en una nueva temporada de caza soñada. De preocuparnos porque pueda ser tan nefasta o incluso más que la que ahora dejamos partir.

Corzos, esperas, descastes y mediaveda traerán alegría a aquellos que las puedas practicar, si es que se pueden practicar, pero no es menos cierto que cualquiera sabe que “la temporá es la temporá” y que hasta que esta no llegue pasaremos por momentos de impaciente espera y de semanas que no corren. Da igual que se nos presente una temporada parecida, la esperaremos con ansia. No tenemos remedio, va en nuestra naturaleza, siempre con esperanza. Para quejarnos y maldecir ya tendremos tiempo. Además como somos optimistas y con más moral que el alcoyano,  no es menos cierto que tras estas líneas, ha pasado un rato menos para que llegue la siguiente temporada, algún peldaño seguro que hemos subido de esa escalera tan empinada. Además siempre hay que quedarse con lo bueno, con lo positivo, aquello que nos devuelva las ganas. Esta temporada tan insufrible ya la hemos pasado y quizás vengan otras parecidas, pero nadie nos podrá quitar que esta se nos fue.


Daniel Gómez García
Creador de playmocaza.es

REFLEXIONES DEL CAZADOR NATURALISTA

Enero, último mes completo que aprovecha el cazador para despedir la temporada. Como parte de nuestro propio nombre indica, somos "Jóvenes", lo que implica también un momento clave para los estudios que cursamos los miembros de la directiva y muchos de los socios que forman JOCAN, que nos deja con poco tiempo para disfrutar de nuestra afición. 

Aunque estemos un poco desaparecidos por causas ya nombradas, este mes no podía faltar el escrito de la sección Reflexiones de un Cazador Naturalista, donde hoy Carlos, nos cuenta una bonita historia de su infancia. 

¡Disfrútenla!.

LA EMOCIÓN DE CONOCER A UN REY.

Hace algunos años ya, conocí a un rey que no era humano.

Yo, que apenas tenía seis años, pasaba los días viendo los dibujos con mi hermano sin saber que, un día no muy lejano, uno de mis personajes favoritos cambiaría mi vida sin remediarlo.

Yo, que siempre tuve las inquietudes que los niños ya no tienen, exploraba sin descanso entre sierras y barrancos, siempre en busca de bichejos, setas, alúas o almendras que coger, saltando cual cabra montés, tras las ranas en el charco, y con la ayuda de mi hermano trepando al nogal, ya que las nueces del suelo estaban reservadas para los jabatos. 

Hacía lo que el cuerpo le pide a un niño de diez años que disfruta en el campo. Y no precisaba más, pues lo tenía todo al alcance de mi mano.


 Pero, un buen día, mi vida cambió.

Estando yo sobre una higuera subido, intentando llegar hasta los frutos más altos, las tórtolas arrullaban y el monte estaba cantando. La sierra, rebosante de vida, me tenía embaucado. Y fue entonces cuando sentí, un ruido extraño, unos pasos, un caminar que no era humano. Jamás había escuchado yo semejante tropel descendiendo ladera abajo. El monte entero se estremecía con el romper de jaras y jaguarzos. Y mientras las mirlas cantaban, el resto de habitantes de la serranía callaron...

Se hizo un silencio ensordecedor. 

Hasta el tiempo parecía parado. 

Tan solo se escuchaba el retumbar de mi corazón latiendo acelerado. 

Y unos pasos que se acercan, aquellos pasos extraños. 

No sabía yo quién era, ni el porqué de aquel silencio tan callado. 

Pero entre las ramas del árbol lo vi y de su belleza quedé prendado, pues entonces comprendí que el rey del monte había llegado... 


¿Cómo sabéis lo que es música, si jamás habéis escuchado berrear a un ciervo?

C. García. Natura.